La lista de grupos industriales que desafían las presiones de los aliados del Polisario sigue creciendo con la llegada de la empresa finlandesa Wärtsilä al Sáhara Occidental. Desde Helsinki, la compañía reafirmó su compromiso de continuar su colaboración con la Oficina Nacional de Electricidad y Agua (ONEE), lo que provocó la indignación de la Western Sahara Resource Watch (WSRW), una ONG cercana al Polisario.
En julio de 2024, el grupo finlandés firmó un contrato de cinco años con la ONEE para el mantenimiento de las plantas eléctricas de Tan-Tan y Dajla. «Dajla está situada en un territorio completamente controlado y administrado por las autoridades marroquíes, lejos de cualquier zona de conflicto potencial», respondió Wärtsilä ante los insistentes llamados a retirarse del Sáhara. La empresa destacó que su dirección «ha analizado las recientes declaraciones de algunos países y concluyó que se están logrando avances en la situación geopolítica».
El ministro finlandés de Comercio Exterior y Desarrollo, Ville Tavio, visitó Marruecos del 25 al 28 de abril, poco después de la llegada, el 23 de abril, del ministro argelino de Asuntos Exteriores a Helsinki.
Finlandia considera el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara Occidental como «una buena base para una solución» al conflicto regional. Esta postura fue expresada en agosto de 2024 en Helsinki por la señora Elina Valtonen durante un encuentro con su homólogo marroquí, Nasser Bourita.
La semana pasada, un alto responsable del Polisario amenazó explícitamente a los «turistas e inversores extranjeros» que se dirigen al Sáhara.