El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el martes 15 de abril su aprobación para una significativa venta militar a Marruecos. Esta operación incluye la adquisición de 600 misiles FIM-92K Stinger Block I, junto con equipos relacionados para las Fuerzas Armadas Reales (FAR), con un valor estimado de 825 millones de dólares (aproximadamente 7,7 mil millones de dirhams). Ese mismo día, la Agencia de Cooperación para la Seguridad y la Defensa notificó al Congreso sobre este pedido.
Además, Marruecos ha solicitado servicios de ingeniería, logística y apoyo técnico proporcionados tanto por el gobierno estadounidense como por contratistas privados, junto con otros elementos de apoyo logístico y de programa. «Esta venta propuesta respaldará la política exterior y la seguridad nacional de Estados Unidos al fortalecer la seguridad de un aliado clave que no es miembro de la OTAN (desde 2004, nota del editor), desempeñando un papel crucial en la estabilidad política y el progreso económico del norte de África», afirma el Departamento de Estado.
«Esta posible venta mejorará la capacidad de Marruecos para enfrentar amenazas actuales y futuras. El reino planea utilizar estos equipos y servicios de defensa para modernizar sus fuerzas armadas y expandir sus opciones de defensa aérea de corto alcance. Marruecos no encontrará dificultades para integrar estos equipos en sus fuerzas armadas. La venta propuesta no alterará el equilibrio militar básico en la región.»
Se aclara que «hasta la fecha, el gobierno estadounidense no tiene conocimiento de ningún acuerdo de compensación propuesto en el marco de esta venta potencial. Cualquier acuerdo de compensación se definirá durante las negociaciones entre el comprador y el contratista».
El Congreso deberá revisar el pedido marroquí antes de su aprobación. Cabe recordar que el Partido Republicano, liderado por el presidente Donald Trump, tiene la mayoría en ambas cámaras del Parlamento.
Este contrato representa la primera transacción concluida entre el reino y la nueva administración Trump, y se produce apenas una semana después de la visita del ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, a Washington.