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La ruptura del ayuno, que se realiza al ocaso, está señalada por el llamado a la oración de Al Maghrib. Muchos musulmanes se cuestionan si deben dar prioridad a la oración o al ayuno en ese momento. «Esta pregunta es habitual porque los fieles están confundidos, como si el Profeta soliera tener una variedad de alimentos frente a él», explica Mohamed Hayan, miembro del Consejo local de ulemas en Nouaceur.
Hayan recuerda que el Profeta del Islam, al escuchar el llamado a la oración de Al Maghrib, solía romper su ayuno con dátiles o, en su defecto, con sorbos de agua. «No se especifica cuántos dátiles consumía, pero sí que comía un número impar», añade.
En efecto, consumir dátiles en número impar parece favorecer la conversión del azúcar en carbohidratos, lo cual es más beneficioso para el organismo. El experto continúa abordando la cuestión de si es mejor retrasar o apresurarse a romper el ayuno al ponerse el sol.
«El Profeta dijo: ‘La gente estará bien mientras apresuren la ruptura del ayuno’. Por lo tanto, es preferible romper el ayuno al estilo del Profeta, ir a rezar y luego volver para comer», afirma.
Mohamed Hayan también recordó que el Profeta del Islam «no disponía de mucha comida ni de una gran variedad de alimentos». «Solía comer lo que tuviera a mano», añade, evocando las palabras de Aicha, la esposa del Profeta, quien relataba cómo «el Profeta podía pasar tres meses sin que se encendiera el fuego en su casa para cocinar», y que solo se alimentaban con «agua y dátiles», concluye el experto.
