Ramadán es el mes en el que Alá reveló al profeta Mahoma los primeros versos del Corán. Es, por tanto, natural que este mes bendito esté estrechamente vinculado al texto sagrado del islam. «(Estos días son) el mes de Ramadán en el que el Corán fue revelado como guía para la humanidad, y pruebas claras de la buena dirección y el discernimiento», declara Alá en la Sura Al-Baqarah (185). «El mes sagrado está más relacionado con el Sagrado Corán que con el ayuno. Así, Alá no lo presentó como un mes en el que ayunamos, sino que dijo “El mes de Ramadán en el que el Corán fue revelado”», explica el Dr. Mustapha Benhamza.
El presidente del Consejo Regional de Ulemas del Oriental explica que «todas las celebraciones de este mes son, en realidad, una exaltación del Corán». «Así, el final del mes sagrado está marcado por Laylat al-Qadr (la Noche del Destino), considerada como una recompensa para un mayor número de personas, dado que se han mantenido apegados al Corán y lo han recitado durante este mes», añade.
El experto religioso también subraya la importancia de otro «acto de devoción», que es «la búsqueda del conocimiento».
«Yibril revelaba y enseñaba el Sagrado Corán al Profeta Mahoma durante el mes de Ramadán. Por eso, lo mejor que puede hacer una persona es estudiar y recitar el Corán, y estudiar la sharía y la interpretación del Corán y los hadices del Profeta.»
El presidente del consejo regional de ulemas del Oriental recuerda, en este marco, cómo «la gente solía organizar sesiones en casas, cuyo objetivo era fortalecer esta búsqueda de conocimiento».
Destaca otro aspecto, exhortando a los musulmanes a inspirarse en el Mensajero del Islam. «El Profeta solía volverse aún más generoso durante este mes sagrado, ya que conviene evitar la avaricia o el apego al dinero», explica. «El mes de Ramadán no puede ser fructífero simplemente dejando de comer y beber. El objetivo es que el ayuno se acompañe de la lectura del Corán, la adoración y la sumisión a Dios», concluye.