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Nomad #67: La Kasbah de Mehdia, un verdadero viaje a través de las civilizaciones

La Kasbah de Mehdia representa un auténtico viaje en el tiempo. La fortificación ha conocido la presencia de portugueses, piratas, españoles, franceses y sultanes marroquíes. La Kasbah incluso fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial. Un lugar lleno de historia.

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La fortificación conoció la presencia de portugueses, piratas, españoles, franceses y sultanes marroquíes. / Ph. Ismail Bekkali
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La Kasbah de Mehdia es un destino que no puedes dejar de visitar. Al recorrer sus caminos, es difícil imaginar la rica historia que resguarda este lugar, testigo de múltiples civilizaciones. Ubicada en la comuna urbana de Mehdia, en la llanura del Gharb y a tan solo 8 km de Kenitra, esta fortaleza se alza majestuosa sobre un acantilado de 50 metros de altura, dominando la desembocadura del río Sebbou y el océano Atlántico. Desde el bastión Saint Gusman, al suroeste, se puede disfrutar de una vista panorámica que abarca la reserva de Sidi Boughaba.

En palabras de Abderrahim Mohib, arqueólogo prehistoriador del Ministerio de Cultura en Kenitra, quien conversó con Yabiladi, «los arqueólogos e historiadores especializados en este periodo consideran que es una de las fortificaciones makhzenianas más significativas del Atlántico marroquí».

Una vista impresionante de la desembocadura del río Sebbou. / Ph. Ismail BekkaliUna vista impresionante de la desembocadura del río Sebbou. / Ph. Ismail Bekkali

A lo largo de los siglos, la Kasbah de Mehdia ha sido testigo de la presencia de portugueses, españoles, el sultán Moulay Ismail, franceses, e incluso de bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, sigue siendo un lugar poco conocido.

«La Kasbah de Mehdia (o kasbat al mehdiya) se remonta al siglo XVII, entre 1614 y 1681. En 1614, estaba bajo ocupación española, quienes edificaron la ciudadela 'San Jao de Maamora', manteniéndose allí por aproximadamente 67 años», explica el arqueólogo.

No obstante, en los registros y fuentes históricas, este sitio es mencionado desde la antigüedad. Según algunos historiadores, fue el puesto comercial cartaginés de Tinia Tirion, que data del siglo V a.C. «Sin embargo, no existen restos en el terreno que lo confirmen», aclara el experto. Otros sugieren una presencia romana en esa misma época, y los historiadores latinos y romanos se referían al lugar como Sebbous.

El recinto de la Kasbah. / Ph. Ismail BekkaliEl recinto de la Kasbah. / Ph. Ismail Bekkali

Entre los historiadores árabes, se menciona otra teoría. Zayyani afirmaba que Mehdia fue fundada en el siglo X por la tribu bereber de los Bani Ifrane. «En el siglo XII, se habla de Maamora como un centro, un arsenal de construcción de barcos de un sultán almorávide para el yihad contra los cristianos, citado por León el Africano y otros como un lugar muy próspero», comenta Abderrahim Mohib. Algunos vestigios señalan una breve presencia portuguesa en 1415. «Los portugueses permanecieron 47 días antes de ser expulsados por los marroquíes», añade el prehistoriador.

Reino de los piratas

Varios siglos después, en el XVII, numerosos barcos comerciales transitaban por la desembocadura del Sebbou, y existía un fuerte interés en proteger el comercio de la península ibérica.

«Entre 1610 y 1614, se hablaba del reino de los piratas de Mehdia, que asolaba los barcos españoles y portugueses que pasaban por allí. Posteriormente, los españoles se establecieron para proteger sus embarcaciones en el Atlántico.»

Los españoles serían expulsados por el sultán Moulay Ismaïl, quien transformó el lugar en una kasbah «islámica, ismaeliana, marroquí». La fortificación es similar a la de Settat o Boulaouane, «con el objetivo de controlar el paso entre el norte y el sur. El gobernador designado por el sultán supervisaba las tribus circundantes para garantizar la seguridad del sultán y de los ciudadanos», indica Abderrahim Mohib.

La Kasbah de Mehdia está impregnada de historia. / Ph. Ismail BekkaliLa Kasbah de Mehdia está impregnada de historia. / Ph. Ismail Bekkali

Durante este periodo, se construyeron varios monumentos, como «el palacio del gobernador, la casa del Caíd, la mezquita. En resumen, la Kasbah funcionaba como una ciudad, con todo lo necesario para sus habitantes: tiendas, hammams y el recinto», añade nuestro interlocutor.

«Algunos siglos después, el sultán Sidi Mohammed expulsó a la tribu de los Boukhara, debido a su rebelión y los daños causados a la población. El soberano trajo entonces nuevos habitantes a la Kasbah, quienes permanecieron hasta la época del protectorado francés. En 1912, se instaló un regimiento militar y los residentes fueron desplazados. Uno de los bastiones se convirtió en un café, gracias a la espléndida vista que ofrece.»

Ph. Ismail BekkaliPh. Ismail Bekkali

Bombardeada por los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial

En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, la Kasbah sufrió los embates de la contienda. En la desembocadura del río Sebbou, aviones y barcos estadounidenses cruzaban el lugar. «Fue atacada por los Aliados. Los franceses, aliados con el gobierno de Vichy, que a su vez estaba alineado con los nazis, vieron cómo los Aliados destruían parte de la puerta monumental, de ahí el nombre Bab Jdid (puerta nueva, nota del editor), ya que fue reconstruida», relata el prehistoriador.

Tras la independencia, la Kasbah de Mehdia fue uno de los primeros sitios en ser declarado patrimonio nacional.

Desde entonces, se han realizado varias intervenciones «puntuales» para restaurar la Kasbah y devolverle su antiguo esplendor. En 2011, la asociación nacional de graduados del Instituto Nacional de Ciencias de la Arqueología y del Patrimonio propuso un proyecto al fondo de embajadores estadounidenses para restaurar uno de los monumentos de la Kasbah, en este caso, el palacio del gobernador. «Fue una acción piloto para atraer la atención de los interesados, que costó 110 millones de dirhams», recuerda el arqueólogo. En 2015, se llevó a cabo otra operación para restaurar la plaza frente a la Kasbah, que estaba hecha de tierra, y ahora está decorada con zellige.

«Mi deseo es poder encontrar los fondos financieros necesarios para lanzar un proyecto global de restauración y rehabilitación de esta joya patrimonial e histórica, con el fin de devolverle la vida a este sitio y permitirle contribuir al desarrollo económico y social de la región.»

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