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«One Big Beautiful Bill Act»: el proyecto de Trump que cambia las reglas del juego de la apuesta Morocco Tech Hub

El 26 de junio de 2025, Microsoft confirmó la eliminación de 9,000 puestos adicionales, su tercer anuncio de recortes solo en este año 2025. En total, desde 2022, la industria tecnológica estadounidense ha suprimido más de 600,000 empleos. Inquietud inmediata en las comunidades de ingenieros marroquíes: ¿la IA marca el apocalipsis del mercado laboral? ¿Es la IA culpable de la estancación o incluso del decrecimiento del mercado del offshoring? Spoiler: el culpable se esconde en otro lugar.

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Detrás del telón se encuentra la Sección 174, un nombre enigmático para un secreto fiscal a voces. Desde el 1 de enero de 2022, esta disposición del Tax Cuts and Jobs Act de 2017, promulgada durante la administración Trump, obliga a las empresas a amortizar sus gastos de I+D en un periodo de 5 a 15 años, en lugar de deducirlos íntegramente en el año en que se incurren. De la noche a la mañana, la I+D se transformó en una carga financiera mucho más pesada para las grandes tecnológicas como las GAFAM, y aún más para las jóvenes startups. ¿La variable de ajuste? Los empleados, el principal costo: los despidos obedecen, por tanto, a una lógica contable, no tecnológica.

Con una mirada más amplia, se observa que estos recortes se concentran casi exclusivamente en Estados Unidos, donde se ubican la mayoría de los centros de I+D de la tecnología estadounidense, y afectan principalmente a los equipos de ingeniería, mucho menos a las funciones de apoyo que la inteligencia artificial podría optimizar en el futuro.

Un caso emblemático es el de Marc Benioff, director ejecutivo de Salesforce, quien incluso anunció en 2024 la reconversión forzada de ingenieros en comerciales. Una decisión que cobra sentido al considerar la variable de la Sección 174, poco conocida en aquel momento.

Los falsos culpables: IA y teletrabajo

Para las empresas, culpar a la inteligencia artificial o a la "sobrecontratación post-COVID" resulta conveniente: la racionalidad tranquiliza y desvía la atención de la complejidad contable. Sin embargo, la IA sigue en una fase embrionaria: solo el 1 % de los ejecutivos encuestados por McKinsey considera que su implementación de IA generativa es "madura". Esta percepción es aún más conservadora cuando nos enfocamos en Marruecos y en nuestros principales socios europeos. El teletrabajo ya estaba asimilado antes de 2020. Lo único destacable son las nuevas regulaciones de subsidios locales para atraer las sedes de grandes grupos estadounidenses. De hecho, los estados que antes subvencionaban generosamente a las empresas han sufrido el impacto del teletrabajo en el ecosistema de sus comercios locales. Para contrarrestar la pauperización, exigen desde hace dos años la presencia física de los empleados en su territorio; se relocalizan empleos, no se eliminan.

En resumen, la política y la contabilidad llevan la batuta, no el algoritmo.

Impacto real y riesgo de un nuevo "invierno de la IA"

La misma encuesta de McKinsey señala que el 38 % de los directivos no anticipan ningún efecto neto de la IA en sus plantillas en los próximos tres años. Además, el sector tecnológico sigue buscando perfiles escasos como científicos de datos y especialistas en MLOps.

El relato mediático «IA = optimización = despidos» seduce a algunos CEO para vender los milagros de la IA y desviar la atención de lo esencial: su dependencia de las subvenciones y las ventajas fiscales.

Sin embargo, recordemos el informe Lighthill de 1973, que congeló los presupuestos y sumió la investigación de IA en hibernación durante más de una década.

Un clima similar de ansiedad y una evaluación prematura del impacto de la IA podrían frenar las inversiones, justo cuando el mundo necesita talentos en IA.

Lo que podría haber sido una ventana estratégica para Marruecos

Oracle acaba de inaugurar en Casablanca, junto al Jefe de Gobierno, un centro de I+D con 1,000 ingenieros. En otras palabras, Marruecos ya no es solo un simple enlace regional: se convierte en uno de los polos mundiales de investigación de Oracle, un actor clave en la revolución de la IA en curso.

Pero esta locomotora fiscal que impulsaba los presupuestos fuera de Estados Unidos se ha detenido abruptamente: el 4 de julio de 2025, el presidente Trump promulgó el One Big Beautiful Bill Act (OBBB), un texto emblemático que, se dice, selló su alianza con Elon Musk.

La nueva Sección 174A restablece la deducción completa para la I+D realizada en suelo estadounidense, mientras que los proyectos efectuados en el extranjero continúan amortizándose en quince años. Desafortunadamente, la variable fiscal que podía atraer a los directores financieros hacia Casablanca se cerró tan rápido como se había abierto.

Nueva dirección: anticipar, no sufrir

La nueva dirección es la anticipación, no la resignación. Pongamos en marcha un Morocco Tech Radar, una célula de vigilancia permanente capaz de detectar, antes de que se cierren, cada ventana de oportunidad: desde la Sección 174 (2017) hasta el programa «OpenAI for Countries» (2025). Tan pronto como se detecte, activemos sin demora el paquete completo: incentivos específicos, aumento masivo de competencias, marco legal claro, incluso una zona especial respaldada por una jurisdicción offshore dedicada. Ágiles y reactivos, ya no sufriremos las olas; elegiremos cuáles surfeamos.

Por Younes Kouira, experto en IA y estrategia digital

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