A simple vista, las playas parecen limpias, pero basta con escarbar un poco para darse cuenta de la magnitud del problema. Gracias a la herramienta «Chbyka», el año pasado, los voluntarios de la asociación recolectaron más de 5,200 kilos de fragmentos invisibles al ojo humano: esos microplásticos que se infiltran en todas partes, desde los suelos hasta el mar, e incluso en la cadena alimentaria. «Al usar Chbyka, se revela lo que se esconde bajo la arena: residuos que terminan en el mar, luego en los peces... y finalmente en nuestros platos», advierte el fundador de la asociación, Saad Abid, recordando que todo regresa al ser humano.
Las cifras respaldan esta observación. Según el Clean Coast Index, el 75% de las playas marroquíes analizadas presentan un nivel de contaminación de moderado a alto. Los plásticos rígidos, tapones, películas flexibles y cuerdas son los más comunes. Aunque el 93% de las aguas de baño cumplen con los estándares microbiológicos en 2024, la ministra Leila Benali ha recordado recientemente que el 80% de los desechos marinos provienen de actividades humanas en tierra.
Un tamiz, ruedas... y miles de desechos recolectados
Ante la urgencia ambiental, Bahri actúa. Diseñada de manera artesanal con materiales reciclados, la Chbyka «no es una novedad», pero ha sido mejorada por la asociación. El equipo le ha añadido ruedas para facilitar su desplazamiento sobre distintos tipos de arena y, sobre todo, la ha equipado con un tamiz de mallas de 0.4 milímetros, capaz de atrapar partículas casi invisibles.
Herramienta Chbyka que permite recolectar microplásticos ©Yabiladi
Durante 14 años, sus miembros han recorrido las playas con esta herramienta para alertar, sensibilizar y recolectar. «Es 100% voluntario. Tenemos nuestros trabajos, pero estamos comprometidos con el mar», confiesa el presidente, en una rueda de prensa, con la misma determinación que al principio. Sin subvenciones públicas, la asociación se sostiene gracias a algunas fundaciones privadas y la organización de talleres de RSE para empresas. «Es nuestra única fórmula viable. Pero nos permite continuar.»
Un verano para movilizar: más etapas, más manos, más impacto
El verano pasado, 1800 participantes se unieron al movimiento. Esta vez, Bahri busca reunir a 3000. El itinerario también se ha ampliado: Dar Bouazza, Saïdia, Tánger, Rabat, Safi, Esauira, Agadir, Laayún, Dajla... Treinta playas en total, con un mismo ritual en cada parada: limpieza colectiva, sensibilización lúdica en torno a la herramienta Chbyka, distribución de regalos eco-responsables y actividades para grandes y pequeños.
Calendario de paradas del Chbyka Summer Tour:
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18 de julio: Dar Bouazza – Tamaris 3;
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19 de julio: Dar Bouazza – Tamaris 1;
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20 de julio: Moulay Abdellah – Sidi Bouzid;
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21 de julio: Mehdya – Kenitra;
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22 de julio: Ruta Rabat – Saïdia (6 horas de trayecto);
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23 de julio: Saïdia – Playa centro;
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24 de julio: Nador – Playa Charrana;
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25 de julio: Hoceima – Playa Tahra Youssef;
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26 de julio: Playa Chmala – Chefchaouen;
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27 de julio: Tánger – Playa Malabata;
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28 de julio: Tánger – Playa Achakar;
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29 de julio: Ruta Tánger – Saïdia (1 hora de trayecto);
«Nuestra idea es simple: una playa, un día, una acción concreta», explica el presidente. Saad desea crear momentos de compartir, reflexión, sensibilización y sobre todo compromiso. El desecho puede convertirse en un recurso educativo, como en Japón, donde su valorización es parte integral de la cultura, recuerda la vicepresidenta, Zineb Bennis.
©DR
El apoyo decisivo de un socio comprometido
Este año, un apoyo significativo ha venido a reforzar el impulso: el de la Fundación BMCI. Gracias a su respaldo, Bahri ha podido ampliar su ámbito de acción, movilizar más recursos humanos y logísticos, y garantizar la continuidad de la gira durante todo el verano.
«Sin este apoyo, nunca habríamos podido cubrir 30 ciudades», reconoce el presidente de Bahri. «En el mundo asociativo, el dinero es una herramienta, no un fin. Pero sin él, no vamos a ninguna parte», añade.
Una sinergia que Bahri espera ver repetirse. «Estamos comenzando a trabajar con varias empresas que reconocen el valor de Chbyka. Vienen al terreno, participan, comparten. Así es como creamos vínculos, sentido y cambio», se alegra Saad.
«El Estado nos necesita, al igual que nosotros lo necesitamos a él»
A pesar de su trabajo de base, reconocido internacionalmente con varios premios, incluido el Premio IVLP de la década por la innovación social y el cambio, elogiado por John Kerry, Bahri lucha por convencer a las instituciones marroquíes. «Hemos sido recibidos por las autoridades en varias ocasiones. Extendemos la mano. Pero nada sigue. Tenemos más reconocimiento en el extranjero que aquí», lamenta el presidente.
Sin embargo, la sociedad civil puede ser un apoyo esencial para acompañar las políticas públicas. En el terreno, actúa más rápido, más directamente, más humanamente. «El Estado nos necesita, al igual que nosotros lo necesitamos a él. No podemos avanzar solos. Y por su parte, las autoridades tienen todo el interés en apoyarse en la sociedad civil, porque está más cerca del terreno, en contacto directo con los ciudadanos. Juntos, podemos hacer más», insiste.
¿El sueño de Bahri? «Trabajar mano a mano con las autoridades locales», especialmente en Casablanca. «El único que puede desbloquear la situación es el wali», sugiere. Mientras tanto, la asociación sigue avanzando, impulsada por la pasión, la tenacidad y el apoyo importante de los ciudadanos marroquíes.