¿Es posible transformarse de manera consciente y deliberada, sin dejar de ser fiel a uno mismo? La respuesta es un rotundo «sí», algo que Emel Mathlouthi ha demostrado en sus álbumes «Helma», «Kelmti Horra» y «Ensenity». A través de su reflexión sobre la libertad, la condición de las mujeres y las luchas personales y colectivas que tanto valora, esta artista tunecina ha encontrado su sello distintivo al crear más allá de lo convencional. Esta postura se materializa en «MRA», su cuarto álbum lanzado en 2024, que presentó por primera vez en Marruecos durante la 18ª edición del festival Jazzablanca (del 3 al 12 de julio de 2025).
En el Escenario 21, la actuación y escenografía marcaron el regreso comprometido de la diva contemporánea, quien ondeó la bandera palestina para denunciar el genocidio en curso en la Franja de Gaza. Con un enfoque inclusivo y emancipador en su filosofía de vida y su creación, la cantante, autora y compositora tunecina, radicada en Estados Unidos, abrió las puertas de su universo artístico al público de Casablanca el lunes, un universo marcado por el humanismo.
Emel en el festival Jazzablanca 2025 / Ph. Ilham Fouwad Photography - Yabiladi
Entre sonidos etéreos, hip-hop e indie-pop, el concierto fue un viaje musical memorable, impregnado de la auténtica generosidad que caracteriza a esta talentosa artesana de la música ecléctica. En su búsqueda constante de libertad, como madre, mujer y artista, Emel presentó una obra que refleja la madurez artística adquirida desde 2009 hasta el periodo de escritura de este nuevo álbum, que duró tres años. La cantante también optó por trabajar con un equipo completamente femenino, reuniendo a 30 mujeres de 22 países.
Visibilizar los talentos femeninos más allá del mainstream
«MRA» resuena como un manifiesto liberador que invita a reinventarse continuamente para no quedar atrapado en su propia caricatura. Es, ante todo, una postura para que las profesionales de la industria musical no se limiten al rol de musa. En el contexto actual, el llamado a la liberación adquiere una gran dimensión universal, en solidaridad con Palestina, presente incluso en el escenario del concierto de Emel en Jazzablanca.
Sobre estos aspectos de su nuevo trabajo musical, Emel confesó a Yabiladi, poco antes de su concierto: «Creo que como músicas y como artistas, no hacemos mucho esfuerzo por apoyarnos entre mujeres (...) Tenemos que darnos oportunidades y abrir puertas unas a otras. Me di cuenta de eso cuando comencé a trabajar en mi nuevo álbum.»
La artista afirma, sin embargo, apreciar a «todos [sus] colaboradores» y se esfuerza por no ser malinterpretada. «No estamos en contra de los hombres, pero existe un desequilibrio frente al cual hay que actuar. Vender una imagen de símbolo y libertad en el escenario sería hipócrita, si soy la única mujer detrás. Al principio de mi carrera, me enorgullecía ser la única mujer en mi grupo. Pero desafortunadamente, es el mundo patriarcal en el que vivimos y las sociedades en las que crecemos», declaró a Yabiladi. «Halagarse de ser una pensadora, ¡ahí es donde debemos hacer un esfuerzo!», nos afirma la artista.
Emel en el festival Jazzablanca 2025 / Ph. Ilham Fouwad Photography - Yabiladi
«Quería traducir esta idea de que podemos absolutamente confiar en nosotras mismas. Tendemos a sentirnos incómodas con el hecho de que una mujer esté frente a una consola de mezcla, ingeniera de sonido, productora… En este álbum, quise romper los clichés y las ideas preconcebidas», nos declara nuevamente Emel, explicando la elección de su concepción artística para «MRA».
Segura de que destacar a las mujeres no excluye a los hombres, Emel aboga principalmente por una búsqueda que incluya la puesta en valor de talentos femeninos.
La música independiente para luchar contra «el empobrecimiento intelectual»
Esta búsqueda artística lleva naturalmente a Emel a diversificar los registros y las inspiraciones musicales, un proceso que considera «importante». «Siempre he tenido mucho miedo del empobrecimiento intelectual. No estamos en absoluto en la misma búsqueda que lo que se hace en el mainstream. Siempre he tenido este miedo de hacer algo completamente trivial. Tampoco busco la complejidad, sino sobre todo la novedad», declara nuevamente Emel a Yabiladi.
«No me gusta reproducir lo mismo. Como artistas y seres humanos, creo que tenemos el deber de empujar las fronteras y ofrecer nuevas posibilidades, a la música y a los oyentes.»
Emel en el festival Jazzablanca 2025 / Ph. Ilham Fouwad Photography - Yabiladi
Está claro que Emel no se limita a una única forma de expresión. Convencida de que ninguna libertad se adquiere de forma definitiva, se apoya en sus múltiples facetas para ir siempre más allá en sus creaciones musicales, sin ponerse límites.
El innovador concepto de «MRA» está en perfecta sintonía con esta visión. Al integrar a mujeres artistas de todo el mundo y reivindicar un enfoque artístico independiente, demuestra que una dinámica creativa que favorece la diversidad se basa en la acción y no en los eslóganes.