La cantera Thomas 1, situada en la carretera de El Jadida, cerca de Ain Diab y del Morocco Mall, es un lugar que a primera vista no revela su verdadera riqueza: alberga algunos de los tesoros arqueológicos más antiguos de Marruecos. Su nombre proviene del empresario que originalmente explotaba el sitio.
Descubierta «por casualidad» y ahora «rodeada por la urbanización», la cantera Thomas 1 fue revelada al mundo gracias a un hallazgo fortuito, según explica a Yabiladi Abderrahim Mohib, arqueólogo, investigador en prehistoria y conservador principal de monumentos y sitios. En aquel tiempo, las canteras se abrían para extraer materiales de construcción.
En 1969, Philipe Bénino, hijo del capataz de la obra, encontró una parte de una mandíbula humana izquierda que en ese momento se atribuyó al Homo erectus, según relata el investigador. Este descubrimiento llevó a identificar el nivel arqueológico conocido como «cueva de Hominidae», donde se hallaron «restos humanos, herramientas talladas y fauna».
«Inicialmente, los paleoantropólogos atribuyeron estos restos al Homo erectus. Sin embargo, investigaciones más recientes los asocian con el Homo rhodesiensis».
El arqueólogo aclara que «estos restos tienen una antigüedad de al menos 500,000 años».
Herramientas talladas. / Ph. Abderrahim Mohib
Durante los años 80, los investigadores identificaron un nivel a una profundidad de entre 15 y 20 metros, conocido como el «nivel L». En 1988, tras realizar una excavación arqueológica, se confirmó que este nivel es extremadamente antiguo y contiene material arqueológico (herramientas de piedra) junto a restos de fauna, explica Mohib.
«Ahora sabemos que este nivel L es el primer nivel arqueológico en Marruecos, datado en al menos 1 millón de años».
La primera civilización y presencia humana en Marruecos
La importancia de este sitio radica en que alberga «la primera civilización, la primera presencia humana, el primer Achelense regional en Marruecos». Es el único lugar en el país donde se pueden estudiar «los primeros asentamientos de hace aproximadamente 1 millón de años», añade el científico.
Además, la cantera Thomas 1 era como un «antiguo estanque de agua o lago», y se han encontrado restos de hipopótamos, cebras y gacelas en un área de 1000 m².
La cantera Thomas 1, rodeada por la urbanización. / Ph. Abderrahim Mohib
No obstante, la cantera Thomas no cuenta con vigilancia constante. «Necesitamos un guardia nocturno y otro durante el día», lamenta Mohib. Además, el sitio es privado y pertenece a «un multimillonario», lo que impide su protección como patrimonio nacional. «Es necesario encontrar una solución con el Estado, el Ministerio de Cultura o la wilaya», insiste el investigador. Añade que estaría dispuesto a renombrar el sitio en honor al propietario si se llega a un acuerdo.
Por su parte, Oualid Ismail Saad, conservador regional del patrimonio en Casablanca – Settat, contactado por Yabiladi, se muestra optimista: «Vamos a presentar una solicitud y trabajamos estrechamente con Mohib. Tendremos una reunión para preparar un expediente de clasificación para este sitio». Una de las soluciones consideradas es «comprar el terreno para conservarlo», lo cual requerirá el apoyo del «Ministerio de Cultura, la región de Casablanca – Settat y eventualmente presionar para obtener fondos».
La capital económica de Marruecos, en plena expansión urbanística, no puede permitirse el lujo de perder un sitio histórico tan valioso en términos de patrimonio arqueológico.