Esta semana, en Rabat, la Asociación Democrática de Mujeres de Marruecos (ADFM) presentó los hallazgos de su «Compendio de prejuicios y estereotipos sexistas difundidos en los liceos». Este estudio expone los «mecanismos profundos que frenan el desarrollo de los estudiantes y perpetúan las desigualdades en el sistema educativo marroquí», señaló la ONG, que este año celebra su cuadragésimo aniversario.
El objetivo es «enfocarse en los prejuicios y estereotipos» que legitiman desigualdades de género en el ámbito educativo, afectando tanto las trayectorias escolares como profesionales. El estudio destaca, en particular, la «persistencia de prejuicios sobre la 'naturaleza' fisiológica de las mujeres», así como la aparición de «nuevas formas de sexismo, más sutiles». «Este discurso incorpora elementos de igualdad para legitimar jerarquías tradicionales, lo que los hace más difíciles de detectar», advierte la ADFM.
La asociación también identifica estereotipos «difundidos en los manuales escolares». Además, «los espacios digitales son señalados como principales difusores de sexismo, donde las imágenes, los influencers y los algoritmos pueden amplificar los sesgos de género».
Amina Lotfi, miembro del comité ejecutivo de la ADFM y de la dinámica para una escuela de igualdad, subraya que «a pesar de las intenciones y reformas de las últimas décadas», el sistema educativo nacional aún no ha logrado convertir la pedagogía de la igualdad en «un pilar central».
En este contexto, la ONG aboga por «una visión global, clara, ambiciosa y coherente, basada en el principio universal de igualdad». «Esta visión debe traducirse en una estrategia concreta, desarrollada a corto, medio y largo plazo, con objetivos medibles, recursos humanos y financieros adecuados a los desafíos, y un sistema de seguimiento y evaluación transparente y regular», argumentó Amina Lotfi.
De acuerdo con un comunicado de la ADFM, este compendio es «el resultado de una investigación cualitativa exploratoria» realizada en 13 liceos de las regiones de Rabat-Salé-Kenitra y Casablanca-Settat. Este trabajo se centró en la enseñanza secundaria cualificante (15-19 años), ya que representa «un período crucial para la interiorización de las normas de género por parte de los estudiantes, los docentes y el personal administrativo».
La iniciativa también forma parte de la dinámica «Para una escuela de igualdad» y del programa «Generación género», que reúne a responsables gubernamentales, institucionales, actores de la sociedad civil, así como a estudiantes de liceo, además de socios internacionales.