Marruecos ha implementado medidas proactivas para combatir el tráfico ilícito de bienes culturales, afirmó este lunes en Rabat el ministro de Juventud, Cultura y Comunicación, Mohamed Mehdi Bensaid.
Durante la inauguración de una conferencia internacional sobre «el papel de las aduanas en la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales», Bensaid subrayó que estos bienes «no son simplemente artefactos u obras de arte, sino que representan testimonios vivos de civilizaciones pasadas, una memoria colectiva de la humanidad y tesoros invaluables que simbolizan la creatividad humana y la interacción civilizacional a lo largo de los siglos».
«Hemos trabajado para fortalecer nuestro marco legal y jurídico, en línea con las convenciones internacionales pertinentes, especialmente la convención de la UNESCO de 1970», señaló. El ministerio también ha intensificado sus esfuerzos en la digitalización y registro de bienes culturales, lo cual constituye la primera línea de defensa contra el robo y el contrabando.
Agregó que la nueva ley, que ya ha entrado en vigor, incluye disposiciones significativas destinadas a limitar todas las prácticas que amenazan el patrimonio cultural.
En el ámbito operativo, Bensaid insistió en la necesidad de «fortalecer las capacidades de los sistemas de seguridad y judiciales en la investigación y enjuiciamiento de los responsables de estos delitos, en estrecha colaboración con organismos de seguridad internacionales e instituciones asociadas».
También destacó que se han realizado numerosas operaciones de restitución de bienes culturales en colaboración con países amigos como Estados Unidos y Chile.
En esta misma línea, Bensaid indicó que se han tomado diversas medidas para desarrollar estrategias comunes y ofrecer soluciones prácticas. Esto incluye combatir los mercados negros, reforzar la supervisión de subastas artísticas y lanzar iniciativas para apoyar a los países afectados en la protección del patrimonio y la restitución de bienes robados.
Agregó que estas medidas también contemplan el uso de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial y la blockchain, para el seguimiento y registro de estos bienes desde su origen, así como el fortalecimiento del papel de la educación y la cultura en la protección del patrimonio entre las nuevas generaciones.