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Marruecos: Fósiles descubiertos en una isla resultan ser anteriores a la propia isla

Los braquiópodos fosilizados descubiertos en la isla de Mogador intrigan a los investigadores. Datados de hace más de 100 millones de años, se encuentran enterrados en capas de la época romana. Los expertos sugieren que fueron recolectados intencionalmente y conservados en el lugar, intercambiados o utilizados en rituales antiguos.

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Las excavaciones en Mogador, frente a la costa de Essaouira, han sacado a la luz descubrimientos fósiles fascinantes. En una capa de desechos que data de la época romana, entre los siglos I y III d.C., los arqueólogos han encontrado dos braquiópodos fosilizados, que sorprendentemente son anteriores a la formación de la propia isla.

De acuerdo con un estudio publicado este junio, estos fósiles se remontan al período Cretácico inferior, es decir, hace entre 132 y 129 millones de años. Sin embargo, la isla de Mogador se formó apenas hace 2 millones de años y no presenta depósitos cretácicos.

Un enclave comercial para fenicios y romanos

Para entender cómo estos fósiles terminaron en Mogador, los investigadores analizaron el contexto arqueológico de la isla. A pesar de su pequeño tamaño, de solo 30 hectáreas, ha sido testigo de diversas fases de ocupación, incluyendo una presencia fenicia entre los siglos VII y V a.C., y actividad romana entre los siglos I y IV d.C.

Hoy en día, la isla todavía conserva restos de edificaciones romanas, fortificaciones portuguesas, una mezquita y una prisión del siglo XIX. Desde 1903, los historiadores han identificado a Mogador como Cerne, un sitio de producción de tinte púrpura y un antiguo cruce comercial. Este lugar es mencionado en fuentes clásicas como Plinio el Viejo y Pseudo-Escílax, y se describe como un punto clave para el intercambio de marfil, pieles y otros bienes de lujo.

Artefactos recolectados y almacenados con intención

Considerando la historia de la isla, los investigadores concluyen que la presencia de los braquiópodos fosilizados junto a cerámica romana, vidrio y metal sugiere que fueron traídos deliberadamente, posiblemente desde formaciones sedimentarias cretácicas situadas a unos 50 km al sureste de Mogador. Esta presencia en una capa de desechos romanos indica una «recolección y almacenamiento intencionales».

Una de las teorías es que los fósiles fueron transportados por comerciantes que intercambiaban madera de sandáraca. Esta resina rara y aromática era muy apreciada por la élite romana y provenía de las mismas regiones geológicas naturales de estos fósiles.

Otra posibilidad es su uso simbólico o ritual. Fósiles similares han sido utilizados en contextos espirituales y medicinales a lo largo de diversas culturas. Además, se sabe que los romanos atribuían significados especiales a diferentes tipos de fósiles.

No es la primera vez que se sugiere esta interpretación. En la década de 1960, se encontraron cuatro braquiópodos dentro de una ánfora romana en Mogador. En ese momento, fueron descritos como «objetos profilácticos», artículos supuestamente destinados a alejar enfermedades o desgracias.

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