La Dirección General de Meteorología (DGM) presentó el viernes en Rabat su informe anual sobre el estado del clima en Marruecos para 2024, en un evento que contó con la presencia del ministro de Equipamiento y Agua, Nizar Baraka.
Este informe, que la DGM publica por quinto año consecutivo, destaca un dato alarmante: 2024 ha sido el año más caluroso registrado en la historia del país, superando el récord establecido en 2023. Así, pone de relieve la creciente frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos.
Durante la presentación de los resultados, el director general de meteorología, Mohamed Dkhissi, señaló que el análisis realizado muestra que 2024 se caracterizó por una anomalía en la temperatura media nacional de +1,49°C en comparación con la norma climatológica de 1991-2020.
Este récord histórico es parte de la tendencia de calentamiento global, con un aumento de la temperatura media mundial que ha superado, por primera vez, el umbral de +1,5°C respecto a la era preindustrial. Además, el análisis de las temperaturas revela un incremento de las anomalías térmicas, especialmente durante el otoño y el invierno.
En este contexto, los meses de enero y noviembre de 2024 registraron las temperaturas medias más altas jamás observadas para esos periodos, destacó el funcionario. Aunque el verano fue en general menos caluroso que en 2023, se registraron varias olas de calor intensas, con récords de temperatura máxima diaria superados, como los 47,7°C en Beni Mellal y 47,6°C en Marrakech.
En cuanto a las precipitaciones, el responsable indicó que 2024 experimentó un déficit nacional promedio del -24,8%, confirmando la persistencia de la sequía por sexto año consecutivo.
No obstante, se registraron lluvias intensas en zonas como el Atlas, el sureste, Oriental y la región de Tata, especialmente en septiembre, aunque no lograron revertir la tendencia general. Estos episodios extremos provocaron importantes inundaciones y la reaparición del lago Iriqui tras medio siglo de sequía.
Como resultado, el año hidrológico agrícola 2023-2024 fue el más seco registrado desde la década de 1960, con un déficit de precipitaciones del 46,64%, señalando que la falta de nieve, las altas temperaturas y la escasez de lluvias han agravado la sequía hidrológica.