La mega-central solar Núñez de Balboa de Iberdrola ha sido identificada como el posible origen del apagón masivo que sumió a España en la oscuridad el pasado 28 de abril. Según informa El Diario, esta instalación, una de las más grandes del país, presentó comportamientos anómalos aproximadamente media hora antes del incidente. Red Eléctrica, el operador de la red, ha solicitado una investigación para determinar si se trató de «un mal funcionamiento de un control interno» o «una anomalía interna en la planta, que el propietario debe aclarar».
El problema en la planta fotovoltaica, ubicada en la provincia de Badajoz, desencadenó «una serie de fluctuaciones anormales en la red», según El Diario, citando «fuentes cercanas a los informes confidenciales del comité de expertos del gobierno» y de Red Eléctrica. Tras 49 días de investigaciones, el gobierno concluyó que el apagón fue un evento «multifactorial», resultado de «una combinación de factores» sin una causa única.
Entre las causas señaladas se encuentra «una capacidad insuficiente del sistema para regular la tensión como estaba previsto, errores en la programación de REE (que la empresa niega) y un mal funcionamiento de los sistemas de control de la tensión de las instalaciones de producción y de las centrales que fueron desconectadas 'de manera inapropiada'». Estas circunstancias provocaron «una reacción en cadena de sobretensión, sin que se haya identificado un fallo único para explicar el apagón».
Durante una conferencia de prensa el miércoles pasado, la directora de operaciones de REE, Concha Sánchez, afirmó que la fluctuación fue «muy importante» y que se trató de una situación «peligrosa» que requirió «modificar el funcionamiento de la interconexión con Francia, dejando de operar en corriente alterna y pasando a una consigna fija, al tiempo que se aumentaba la malla de la red, lo que complica el control de la tensión».
En cuestión de segundos, la producción de la central osciló «con una amplitud de cresta a cresta de aproximadamente el 70% de la producción inmediatamente antes de la oscilación». Sin embargo, este comportamiento contrasta con el de otras centrales que emplean la misma tecnología y sería «más típico de las tecnologías síncronas», como la nuclear o el gas.
En el momento del incidente, «se reportaron varias llamadas de agentes al operador del sistema sobre las oscilaciones» y se detectó «una caída repentina en el amortiguamiento del sistema». La central de Núñez de Balboa entonces «modificó su producción», pasando de 250 MW a 350 MW.
Por su parte, fuentes internas de la empresa aseguraron a Europa Press que su comportamiento fue «impecable». El documento insta a esclarecer «la causa de la oscilación forzada en la central fotovoltaica» y a implementar «medidas correctivas para evitar que se repita».