La autopista El Jadida-Safi, inaugurada en agosto de 2016, ha facilitado el acceso a las lagunas de Oualidia y Sidi Moussa desde Casablanca, convirtiéndose en un destino vacacional predilecto para sus habitantes. Este lugar se transforma en un auténtico refugio de verano para gran parte de la población de la región, que acude a acampar durante las vacaciones estivales. La zona no solo ofrece algunas de las playas más hermosas del país, sino que también cuenta con un extenso complejo lagunar que se extiende a lo largo de unos cuarenta kilómetros, desde Sidi Abed hasta Oualidia.
A pesar de su clasificación como sitio Ramsar en enero de 2005, según la convención internacional para la conservación de humedales, su preservación está lejos de estar garantizada. La zona enfrenta amenazas como la contaminación por fertilizantes de los cultivos cercanos, los vertidos industriales de Jorf Lasfar, el aumento del nivel del mar debido al cambio climático, la sedimentación y las explotaciones de arena, algunas de ellas ilegales. No obstante, esta clasificación subraya el gran valor ambiental del área. Con unos cincuenta metros de ancho, la Oulja forma un canal paralelo a la costa, separado por una duna y limitado hacia el interior por una duna "muerta". En ciertos puntos, el océano invade la zona, dando lugar a las lagunas de Oualidia y Sidi Moussa.
Un regalo de la naturaleza
Para los caminantes, la Oulja ofrece un largo y fácil recorrido a través de su cordón dunar frente al mar. Se puede acceder tanto en bote como por varias rutas perpendiculares a la costa. Al recorrer la laguna de Oualidia hacia el norte, se disfruta de una vista excepcional del océano a la izquierda y de la laguna a la derecha, desde una posición elevada.
En kayak, puedes seguir los brazos de agua que serpentean entre la salicornia / Ph. Julie Chaudier - YabiladiEn kayak, puedes seguir los brazos de agua que serpentean entre la salicornia / Ph. Julie Chaudier - Yabiladi
En invierno, desde tu promontorio, es más probable que divises grupos de unos cincuenta delfines en el lado atlántico que barcos de pesca aprovechando los efectos del afloramiento entre El Jadida y Safi. Este fenómeno es una corriente marina que crea un entorno muy favorable para la vida marina. En esta zona, las aguas superficiales se calientan, generando una fuerte diferencia de temperatura con las aguas frías y densas del fondo. Los vientos continentales empujan las aguas superficiales cálidas hacia el mar abierto, provocando la subida de las aguas frías y ricas en nutrientes del fondo, que son fundamentales para la vida marina. En invierno, las sardinas y los delfines encuentran aquí un entorno ideal que ha permitido el desarrollo de una fuerte industria pesquera.
Sin embargo, debido a factores ambientales o a la sobrepesca, las sardinas han ido abandonando progresivamente las costas del norte, dirigiéndose primero hacia Agadir y ahora frente a Dakhla. Este declive comenzó en los años 50 y se intensificó a partir de los años 70. En 2007, la sardina aún representaba el 88% de las capturas en los puertos de Safi, El Jadida y Jorf Lasfar, pero solo el 2% de la producción nacional.