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El buró político del Partido del Progreso y del Socialismo (PPS) ha manifestado su «firme condena» ante la decisión del gabinete de seguridad israelí de extender su operación militar con el objetivo de mantener una ocupación permanente en la franja de Gaza. En una reunión celebrada el martes 6 de mayo, el PPS abordó diversos temas, situando este asunto como la principal prioridad de su agenda. La formación opositora criticó la campaña militar contra la zona asediada, así como el desplazamiento forzado de ciudadanos palestinos.
El PPS advirtió que estas medidas son «más peligrosas que todas las anteriores» y que cualquier silencio al respecto sería registrado en la Historia como una contribución al genocidio de un pueblo cuyos derechos más fundamentales están siendo violados. Al señalar «el rechazo de este nuevo plan, como lo han expresado otros países», el partido hizo un llamado a la comunidad internacional para «tomar medidas eficaces, fuertes, urgentes y concretas para poner fin a la locura sionista que ha sobrepasado todos los límites y despreciado los fundamentos de la humanidad, así como las normas del derecho».
En este contexto, el PPS también condenó las repetidas acciones de la ocupación israelí en otros territorios palestinos, como Cisjordania y Al-Quds, además del bloqueo de la ayuda humanitaria y la estrategia de hambre y destrucción de infraestructuras destinadas a acabar con el pueblo palestino.
El partido recordó que se trata de «verdaderos crímenes de guerra que requieren rendición de cuentas ante la Corte Penal Internacional y que llaman a intensificar la solidaridad internacional con el pueblo palestino».
Un plan de ocupación desaprobado por varios países
A raíz de los últimos acontecimientos, la reunión del buró político del PPS se llevó a cabo al día siguiente de que se difundiera información sobre un plan aprobado por el gabinete de seguridad israelí la noche del domingo al lunes, relativo a la ampliación de la presencia de ocupación en la franja de Gaza. Aunque Marruecos aún no ha emitido una declaración oficial al respecto, anteriormente afirmó que las violaciones del alto el fuego por parte de Israel y la reanudación de las ofensivas constituían un «desafío» condenable para la paz, dada la «situación peligrosa y preocupante» en los territorios palestinos.
En medios hebreos, el ejército israelí matizó el alcance de los objetivos, pero el primer ministro Benjamín Netanyahu confirmó que una nueva ofensiva «intensiva» estaba en preparación. Además, afirmó que «la población será desplazada, para su propia protección». Citada por la AFP, una fuente también informó que el plan incluía «la conquista de la franja de Gaza y el control de territorios», con una «salida voluntaria de los gazatíes» del territorio palestino.
Tras estas declaraciones, seis países europeos —España, Irlanda, Noruega, Eslovenia, Islandia y Luxemburgo— denunciaron la iniciativa de Israel, rechazando «firmemente cualquier cambio demográfico o territorial» que sería «una violación del derecho internacional».
Francia también condenó la iniciativa, mientras que la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, lamentó una situación «insostenible» en Gaza. Por su parte, la ONU acusó a Israel de utilizar la ayuda humanitaria como un «arma» de guerra.
