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Fahd Laouadi, de 13 años, inventa tecnologías para cambiar el mundo desde su casa en Safi

Con tan solo 13 años, Fahd Laouadi impresiona con sus ideas visionarias y sus invenciones concretas, nacidas en su habitación infantil en Safi. Autodidacta y de una curiosidad insaciable, transforma cada obstáculo en una oportunidad, desafiando constantemente los límites de su edad. ¿Su objetivo? Crear un futuro más inteligente, más humano —y más sostenible.

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Lo primero que llama la atención de Fahd Laouadi son sus largos cabellos despeinados, que evocan la imagen de un inventor de novela. Sin embargo, lo realmente impactante de este joven originario de Safi no es su apariencia, sino la profundidad de su pensamiento, la madurez de sus ideas y su habilidad para convertir lo imaginario en objetos tangibles. A sus trece años, este prodigio diseña dispositivos ingeniosos usando componentes que recupera en mercados locales o que le proporciona su padre, quien apoya fervientemente su pasión. Más que un simple pasatiempo, es una vocación temprana que persigue con una determinación inusual: resolver problemas cotidianos a través de la tecnología.

Las primeras experiencias de un joven inventor

«Desde los cuatro años jugaba con coches teledirigidos, pero lo que realmente me interesaba era entender su mecanismo. Los desmontaba e intentaba volver a armarlos», recuerda Laouadi en una conversación con Yabiladi desde su hogar en Safi. La curiosidad de Fahd iba más allá de lo común; sentía una necesidad profunda de comprender cómo funcionaban las cosas a su alrededor.

Ya a los cinco años ensambló su primer circuito eléctrico de forma autónoma, y a los siete transformó un modelo de barco decorativo añadiéndole un sistema de control para que pudiera navegar. «Siempre he sentido que todo podía mejorarse y que yo tenía la capacidad de hacerlo», comenta Fahd con una sonrisa segura.

A pesar de su corta edad, las invenciones de Fahd se multiplican rápidamente. A los nueve años diseñó una aspiradora, convirtiéndose en el referente de su familia para solucionar averías en casa. «Siempre me he visto como la solución, y en cuanto surgía un problema, todos venían a verme para repararlo», añade Fahd con la confianza de un niño que parece ya adulto.

El gran giro en su trayectoria llegó cuando se interesó por la programación a los once años. «Al principio no sabía nada de programación, pero decidí aprender. Mi padre me apoyó mucho y me ayudó a comprar los componentes electrónicos necesarios», explica Fahd. Esta nueva habilidad le permitió inventar, a los doce años, un sistema de riego automático basado en un sensor de humedad y temperatura para regar las plantas.

«A menudo olvidaba regar las plantas, así que decidí crear un dispositivo para ayudarme. Luego me di cuenta de que este dispositivo también podría ser útil para otros»,

Fahd Laouadi

La búsqueda incesante de soluciones

Las invenciones de Fahd no se detienen ahí. «Tenía otro proyecto sobre pilas de hidrógeno, partiendo de la idea de que el hidrógeno podría reemplazar el gas butano o el combustible para cocinar o incluso alimentar coches», explica Fahd con pasión. Este proyecto requirió años de experimentación y fracasos antes de obtener resultados satisfactorios. «Cada fracaso me enseñó una nueva lección y me acercó al éxito.»

«Las ideas para nuevos proyectos me vienen en cualquier momento, ya sea jugando o justo antes de dormir. En cuanto una idea germina, me apresuro a reunir lo que necesito para realizarla sin dudar.»

Fahd ha destacado en numerosas competiciones científicas, ganando el primer lugar en un concurso organizado por la Oficina Chérifienne de Fosfatos gracias a su sistema de riego por goteo electrónico. También obtuvo el primer lugar en un concurso nacional por su «bastón electrónico» destinado a ayudar a los discapacitados visuales.

«Al principio, me faltaba experiencia, así que mi padre compraba piezas en sitios extranjeros, lo cual era costoso. Pero con el tiempo, encontré mejores opciones para conseguir las piezas necesarias. Voy regularmente a los mercados semanales, especialmente los domingos, donde encuentro herramientas antiguas a precios asequibles. Mi padre, en cada visita al mercado, no duda en traer piezas que piensa que me serán útiles.

Fahd Laouadi

Hoy en día, Fahd se prepara para enfrentar un nuevo desafío. Ha sido seleccionado para representar a la región de Marrakech-Safi en el Concurso de Escuelas Pioneras, que se llevará a cabo en Bouznika del 13 al 16 de mayo. «Estoy orgulloso de representar a mi región en esta competición y espero lograr aún más éxitos», declara con entusiasmo.

Con todas sus realizaciones a una edad tan temprana, su gran sueño para el futuro es crear una fábrica de coches ecológicos e inventar tecnologías que simplifiquen la vida de las personas. «Quiero inventar todo lo que pueda ayudar a las personas a vivir mejor, y estoy convencido de que realizaré este sueño algún día», afirma Fahd con un optimismo desbordante.

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