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La adicción digital entre los jóvenes marroquíes: Un mal silencioso en plena expansión [Tribuna]

El psiquiatra y especialista en adicciones en Casablanca, el Dr. Youssef El Hamaoui, aborda las formas emergentes de dependencia entre los jóvenes, que van desde las sustancias hasta las pantallas y las redes sociales. En este artículo, analiza las causas psicosociales, a la vez que propone vías de prevención para aumentar la concienciación sobre estos desafíos de salud.

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Tiempo de lectura: 3'

En las calles de Casablanca, Rabat o Marrakech, una imagen se repite: jóvenes absortos en sus pantallas, inmersos en el mundo digital que los rodea. En esta era de conexiones constantes, surge un nuevo tipo de dependencia entre los adolescentes. Para los jóvenes de entre 10 y 18 años, el smartphone ha dejado de ser solo una herramienta; se ha convertido en una extensión de su propio ser. Estamos aquí para prestar atención a quienes se sumergen en este universo virtual.

Durante mucho tiempo subestimamos este fenómeno, considerándolo una simple evolución tecnológica. Sin embargo, el impacto del mundo digital es muy real: noches en vela, relaciones familiares afectadas, dificultades para concentrarse. Estos son los desafíos actuales, y el próximo mes serán igual de reales para quienes son conscientes de ellos.

Una realidad palpable

Desde hace varios años, tanto en mi consultorio como en las escuelas que visito, he observado comportamientos preocupantes que se están generalizando. Los adolescentes marroquíes pasan horas en TikTok, Instagram o YouTube, buscando constantemente estímulos. Cualquier intento de limitar su uso provoca reacciones desproporcionadas de ansiedad, e incluso ira. Más preocupante aún es el distanciamiento progresivo de lo que tradicionalmente constituía el núcleo de la adolescencia: los estudios, las actividades deportivas, los encuentros con amigos.

No nos equivoquemos: estos comportamientos no son simplemente una atracción por la novedad. Forman parte de mecanismos de dependencia comparables a otras adicciones conductuales.

Comprender los mecanismos de esta dependencia

Como psiquiatra especializado en adicciones, puedo afirmar que la adicción a las pantallas se basa en criterios clínicos bien definidos. El adolescente pierde progresivamente el control de su uso digital. A pesar de sus buenas intenciones y de ser consciente de los efectos negativos, ya no logra regular su tiempo frente a la pantalla. Se desarrolla un fenómeno de tolerancia: para sentir el mismo efecto, debe aumentar constantemente su «dosis» digital.

El síndrome del FOMO (miedo a perderse algo) actúa como un poderoso motor de esta dependencia. Cada notificación desencadena una liberación de dopamina, reforzando un circuito de recompensa neurológica que alimenta día tras día este comportamiento compulsivo.

Reconocer las señales de alerta

¿Cómo saber si un adolescente está cayendo en un uso problemático de las pantallas? Algunos signos son claros y deben tomarse en serio.

Tomemos un ejemplo concreto: cuando Amine, de 15 años, comenzó a despertarse varias veces por noche para consultar su teléfono, sus padres pensaron al principio que era simplemente un mal hábito. Seis meses después, este adolescente, antes sociable y buen estudiante, se había vuelto irritable, sus calificaciones habían caído, y había abandonado el fútbol que practicaba desde la infancia.

Estos trastornos del sueño, la irritabilidad creciente, el aislamiento y el abandono de actividades antes apreciadas son verdaderas señales de alarma. A menudo reflejan un sufrimiento que el adolescente tiene dificultades para expresar de otra manera que no sea a través de este refugio digital.

Más allá de la prohibición: acompañar a nuestros hijos

Ante esta situación, nuestra primera reacción como padres suele ser prohibir o confiscar. La experiencia muestra que estas medidas, si no van acompañadas de un enfoque más integral, rara vez producen efectos duraderos.

Recomendamos un enfoque estructurado pero comprensivo. Establezcamos reglas claras pero negociadas: intervalos de tiempo sin pantalla, especialmente antes de dormir, y espacios desconectados, como la mesa familiar. Proponemos alternativas vivas y estimulantes: una excursión a las montañas del Atlas, una visita a un artista local, un partido de baloncesto entre amigos, una noche de juegos de mesa en familia.

Es fundamental que nos encontremos con nuestros hijos en este universo digital. ¿Qué necesitan para sentirse satisfechos? ¿Cómo podemos lograr que se unan a nosotros en otros espacios?

No debemos dudar en consultar a un profesional ante los primeros signos de sufrimiento. Nuestro tiempo de intervención puede marcar la diferencia.

Somos responsables de su bienestar

El dispositivo digital no pertenece solo a la familia. Es hora de cuestionar el impacto de los nuevos medios sociales.

En las escuelas, es urgente implementar programas de integración que consideren las sensibilidades del mercado actual. Los medios deben evitar normalizar el uso excesivo de la tecnología, especialmente entre los más jóvenes. Las instituciones deben llevar a cabo campañas de prevención dirigidas a los adolescentes, en su propio lenguaje y con sus códigos.

Es un esfuerzo conjunto que involucra a familias, educadores, médicos, influencers y responsables políticos. Solo así podremos fomentar una relación más saludable con las herramientas digitales.

Un camino hacia el equilibrio

El objetivo es encontrar el equilibrio óptimo. Las tecnologías digitales ofrecen oportunidades significativas para la juventud y el desarrollo de Marruecos. No se trata de demonizar las herramientas, sino de usarlas para potenciar otras habilidades.

En este momento, el mundo de un adolescente, sus necesidades y su bienestar son fundamentales y valiosos. Nuestra responsabilidad, como adultos, es guiarlos con claridad, educación y empatía.

Lo virtual y lo real no son mundos opuestos. Debemos encontrar un equilibrio que se adapte a las nuevas generaciones.

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Youssef El Hamaoui
Psychiatre – Addictologue
Pr Youssef El Hamaoui, psychiatre et addictologue
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