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Ramadán en la Historia #29: ¿Cuándo se celebró por primera vez el Aïd El Fitr?

Durante el segundo año de la Hégira, se decretó por primera vez el ayuno del mes de ramadán, al igual que el Aïd El Fitr. El día de esta celebración que marca el fin del mes bendito, el Profeta Mahoma permitió manifestar la alegría y la felicidad de recibir este día festivo, con cantos, percusiones y entretenimientos.

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Foto de ilustración / DR.
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Los musulmanes celebraron por primera vez el Aïd El Fitr durante el segundo año de la hégira, marcando así el final de su primer ayuno del mes de Ramadán. En esta ocasión, se establecieron tanto la oración del Aïd como la zakat El Fitr. Según «Sunan Abou Daoud», al llegar a Medina, el Profeta Mahoma observó que los habitantes celebraban dos festividades desde tiempos preislámicos. Entonces les dijo: «Dios les ha concedido dos días aún mejores: el Aïd El Fitr y el Aïd Al Adha» declaró.

El libro «Talkhis al-Habir» de Ibn Hajar al-‘Asqalani confirma que, según las biografías, el primer Aïd El Fitr se decretó durante el segundo año de la hégira. La revista Daâwat Al Haq, publicada por el Ministerio de Habous y Asuntos Islámicos, también informa que el Profeta Mahoma instituyó el Aïd El Fitr y el Aïd Al Adha ese mismo año. El ritual del sacrificio, asociado a la segunda festividad, se realizó después de la oración del Aïd.

El libro «Nihayat al-muhtaj ila sharh al-minhaj» de Shams Al-Din Muhammad Ibn Ahmad Ibn Hamzah Ramli destaca que durante el primer Aïd El Fitr, el Profeta dirigió una oración especial, perpetuando así esta tradición cada año al finalizar el Ramadán.

El Aïd, una celebración de los valores de compartir

Además, el libro «Bidaya wa-al-Nihaya» de Ibn Kathir recoge una narración de Ibn Jarir, según la cual el Mensajero del islam «ordenó dar la zakat al-fitr en un discurso pronunciado uno o dos días antes de la festividad». El día de la celebración, salió con varios fieles para dirigir la primera oración del Aïd. En este contexto, el ayuno está prohibido durante los dos días del Aïd, como documenta un hadiz de Abu Saïd al-Khoudri en «Sahih Muslim».

El Aïd es así una fiesta de alegría, de compartir y de serenidad. Está marcada por costumbres de visitas familiares y de amigos, donde pequeños y grandes visten sus mejores galas. Esta celebración tiene un fuerte componente social, ilustrado por una comunión en torno a los valores de solidaridad, que deberían estar presentes a diario y no solo durante los días festivos.

En esta ocasión, el Profeta Mahoma permitió las manifestaciones festivas, tales como el canto, la percusión y las actividades recreativas. «Cada pueblo tiene su día de fiesta y hoy [día del Aïd], es el nuestro», declaró a Abou Bakr As-Siddiq en este contexto.

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