El crecimiento económico de Marruecos está proyectado para acelerarse, alcanzando un 3,6% en 2025 y un 3,5% en 2026, según afirmó el miércoles en Rabat Javier Diaz Cassou, economista senior principal del Banco Mundial en Marruecos. Durante una mesa redonda sobre el nuevo Informe de Seguimiento de la Situación Económica en Marruecos del Banco Mundial, titulado «Priorizar las reformas para mejorar el clima de negocios», Diaz Cassou destacó que estos niveles de crecimiento son relativamente sólidos, aunque se mantienen en línea con los registrados antes de la pandemia.
Se espera que el crecimiento del PIB agrícola también sea robusto en 2025, impulsado por condiciones climáticas mucho más favorables que las del año anterior. Diaz Cassou subrayó que el PIB agrícola debería converger hacia un crecimiento a mediano plazo en torno al 2,6%.
En contraste, el crecimiento del PIB no agrícola podría experimentar una ligera desaceleración en 2025, debido principalmente a un efecto base: los sectores que mostraron un fuerte crecimiento en 2024 continuarán expandiéndose de manera sólida, pero a un ritmo ligeramente menor que el del año anterior.
«En lo que respecta a la inflación, debería mantenerse bajo control a pesar de algunas tendencias observadas durante el mes de Ramadán, un período en el que tradicionalmente se registran presiones sobre los precios. Sin embargo, las expectativas de inflación recogidas en las encuestas de Bank Al-Maghrib, así como la evolución de la tasa de inflación subyacente, confirman este control», afirmó Diaz Cassou.
Asimismo, se anticipa que el déficit presupuestario continúe su tendencia de reducción progresiva hacia los niveles previos a la pandemia. Esta evolución también favorecería una lenta disminución de la deuda pública, que se espera se sitúe entre el 67% y el 68% del PIB durante el período de proyección de la cuenta corriente.
Diaz Cassou también resaltó el papel cada vez más relevante del sector público en la economía marroquí, en línea con las orientaciones del nuevo modelo de desarrollo. Señaló que existen factores que invitan al optimismo para el país, especialmente las recientes precipitaciones, que impulsan un repunte más marcado del PIB agrícola.
No obstante, el informe advierte sobre importantes desafíos socioeconómicos persistentes. El reciente choque inflacionario ha afectado el poder adquisitivo de los hogares, provocando una disminución en los indicadores de confianza. Aunque los mercados laborales urbanos han mejorado, con la creación de aproximadamente 162,000 empleos en 2024, la generación de empleo sigue siendo un reto significativo. En la última década, la población en edad de trabajar ha aumentado más de un 10%, mientras que el empleo solo ha crecido un 1,5%.