Taha Hussein Ali Salama es reconocido como el «decano de las Letras Árabes», un escritor e intelectual destacado del siglo XX. Nació en la gobernación de Al-Minya, a más de 200 km al sur de El Cairo, el 14 de noviembre de 1889. En su infancia, sufrió una oftalmía mal tratada que le llevó a perder la vista. «Era el séptimo hijo de su padre Hussein (...) perdió la vista a la edad de cuatro años», rememoró Khalil Hamad en «El artículo literario en Akkad».
A pesar de esta adversidad, su padre lo envió a la ciudad para recibir educación tradicional antes de ingresar a la Universidad al-Azhar en 1902. Con la fundación de las universidades en Egipto en 1908, fue uno de los primeros estudiantes en unirse a la facultad del país. Allí, preparó su primer doctorado en literatura, centrado en el poeta sirio Abu-l-Ala al-Maari.
Khalil Hamad señaló que Taha Hussein «obtuvo su doctorado con una tesis sobre 'La memoria de Abu-l-Ala al-Maari' en 1914, lo que sacudió los círculos religiosos. En el Parlamento egipcio, un diputado lo acusó de apostasía y de desviarse del camino del islam y sus valores».
El escritor en el ojo de las polémicas religiosas
Desde entonces, Taha Hussein se destacó por su estilo incisivo, la claridad de sus ideas y la calidad de sus escritos, que desafiaban las creencias de muchos, tanto en el ámbito político como religioso. Ese mismo año, brilló en el extranjero al ingresar a la Universidad de Montpellier en Francia, donde obtuvo un segundo doctorado en 1919, esta vez en sociología.
Su talento literario era innegable. Muhammad Dassouqi escribió en «Días con Taha Hussein» que este autor era «un genio literario e intelectual. Proveniente de un entorno campesino pobre, fue el primero en recibir su doctorado de la antigua Universidad egipcia, antes de continuar sus estudios en las más prestigiosas universidades europeas».
De regreso en Egipto, Taha Hussein fue nombrado profesor de historia griega y romana. Su carrera transcurrió sin grandes sobresaltos hasta 1926, cuando publicó su controvertida obra «De la poesía preislámica», en la que concluía que esta forma de poesía había surgido después del advenimiento del islam, pero que erróneamente se atribuía a poetas preislámicos.
La obra marcó un punto de inflexión en la vida intelectual árabe. «Se convirtió en una referencia en los estudios literarios modernos, representando una nueva etapa en la investigación de la literatura árabe, consagrando un enfoque orientalista moderno en el estudio de la literatura y la crítica», recordó la edición n°167 de la revista Daawat Alhaq.
Sin embargo, la obra también desató una intensa polémica en todo Egipto y provocó la ira de los religiosos de Al-Azhar. Estos decidieron llevar a Taha Hussein a los tribunales por «insultar» al islam. No obstante, el juez determinó que el escritor expresaba la opinión de un investigador universitario y no la de alguien que pretendía dañar deliberadamente el Corán. Aunque fue absuelto, la controversia le costó su puesto en la Universidad de El Cairo en 1931.
Una rehabilitación póstuma
El libro de Taha Hussein fue confiscado, prohibido y luego republicado bajo el título «Sobre la literatura preislámica», tras eliminar los pasajes controvertidos. «Estos se referían a la historia de Abraham e Ismael. Taha Hussein explicaba que esta había sido 'falsificada en tiempos antiguos debido al orgullo tribal y las rivalidades entre tribus', y su difusión 'obedecía a razones religiosas, económicas o políticas'», subrayó Daawat Alhaq, recordando que «el escritor consideraba que su presencia en el Corán y los textos religiosos 'no le otorgaba credibilidad alguna desde el punto de vista histórico'».
En los años 1950, Taha Hussein fue rehabilitado políticamente al ser nombrado ministro de Educación Nacional bajo el mandato del presidente Gamal Abdel Nasser (1956 – 1970). Falleció el domingo 28 de octubre de 1973, y ese año, el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas le fue otorgado a título póstumo.
A pesar de su desaparición, su figura, sus escritos y sus ideas continúan generando debates apasionados sobre la religión y las cuestiones destacadas de la literatura árabe. «Las ideas y posiciones del Dr. Taha Hussein siempre generaban controversia, incluso después de su muerte, un investigador publicó un escrito titulado 'Taha Hussein buscado muerto o vivo'», señaló Ahmed Damoush en «Taha Hussein entre liberación y occidentalización», destacando que «todo esto testificó la profundidad y la influencia de este hombre de letras en la cultura árabe, confirmando su papel preponderante en el renacimiento cultural de Egipto desde mediados del siglo XIX».
En este sentido, el gran poeta Abbas Mahmoud Al-Akkad describió a Taha Hussein como «un hombre de espíritu valiente y combativo, lo que le permitió ampliar el círculo de los movimientos culturales modernizándolos». Por su parte, Khalil Hamad recordó que «fue considerado como una de las personalidades más destacadas del movimiento literario árabe moderno». «Algunos lo veían como un eminente defensor del pensamiento iluminado en el mundo árabe, mientras que otros percibían en su obra una occidentalización del mundo árabe», subrayó el autor.