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Hassan Y., un ciudadano marroquí de 46 años, ha sido deportado de Francia tras haber vivido legalmente en el país durante 24 años. Padre de gemelos de 13 años y pareja de una ciudadana francesa, fue enviado de regreso a Marruecos el 21 de febrero, en aplicación de la ley Darmanin. Su expulsión, motivada por un historial judicial que incluye 13 condenas entre 2005 y 2023, se llevó a cabo sin que pudiera despedirse de su familia, según informa La Voix du Nord.
La prefectura de Haute-Saône sostiene que estas condenas, que acumulan más de seis años de prisión, son incompatibles con su integración en Francia. No obstante, su abogada, Anne-Sophie Mang, destaca que Hassan siempre estuvo en situación regular, había montado una empresa de chatarra y era propietario de una casa junto a su pareja en Anchenoncourt-et-Chazel.
La familia de Hassan denuncia que su expulsión se realizó de manera violenta: «Lo ataron de los tobillos a la cintura, le colocaron un casco con agujeros para respirar y lo mantuvieron doblado en dos durante las tres horas de vuelo», relata Catherine Gueth, su pareja. «Los niños ni siquiera pudieron despedirse», lamenta.
Desembarcado en Marruecos sin recursos ni conexiones, Hassan enfrenta un futuro incierto. Su abogada critica que la expulsión se basó únicamente en su pasado judicial y menciona un posible «error procesal»: un procedimiento aún estaba en curso ante el tribunal administrativo de Besançon, y la prefectura no habría informado al tribunal de su detención.
«No era ni un terrorista, ni un violador, ni un asesino. Cumplió sus penas y pagó sus multas», enfatiza la Sra. Mang, quien ha enviado una carta al ministro del Interior para denunciar esta decisión. «Hoy, la vida de una familia ha sido destruida».
