Desde su apertura en 2017 como sucesor de Daarkom, el centro cultural flamenco-marroquí Darna ha decidido cerrar sus puertas, argumentando que la organización sin fines de lucro que lo gestionaba «no operaba como debía» y que «los objetivos no se alcanzaron plenamente». El pasado jueves, la ministra flamenca de Cultura, Caroline Gennez (Vooruit), confirmó ante la comisión de Cultura del Parlamento flamenco que el futuro del centro era incierto.
El año pasado, el consejo de administración de Darna «realizó su propia evaluación» y posteriormente se dirigió a los ministros responsables, según informa Bruzz. Establecido para reemplazar a la primera Casa flamenco-marroquí en Wolvengracht, el centro operaba bajo un memorándum entre los gobiernos flamenco y marroquí, recibiendo subvenciones de ambas partes.
Según este acuerdo, la asociación encargada de gestionar el centro tenía como misión «construir un puente entre Flandes y Marruecos a través de eventos culturales», tales como encuentros de cine, música y un festival anual. Sin embargo, ante la falta de resultados en relación con los recursos asignados, la ministra Gennez y su homólogo marroquí «decidieron cerrar Darna», ya que la institución «no funcionaba como debía». «Los objetivos no se alcanzaron plenamente», destacó la ministra en la comisión.
En este contexto, Caroline Gennez mencionó la posibilidad de revisar el memorándum con Marruecos para asegurar la continuidad de la cooperación cultural entre ambas regiones. Mientras tanto, las instalaciones de Darna están siendo desocupadas, y la organización sin fines de lucro está considerando su disolución.