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En Turín, Italia, una pareja marroquí se encuentra bajo investigación por presunta complicidad tras haber acogido a un recién nacido marroquí que fue introducido ilegalmente en una bolsa de compras desde Marruecos con el fin de ser vendido. Sin embargo, la pareja asegura que no ha cometido ninguna infracción.
Cuatro personas han sido detenidas: dos por entrada ilegal y dos por complicidad. La pareja que cuidó de la pequeña Sarah durante seis semanas afirma desconocer las circunstancias reales de su llegada.
«Nos dijeron que estaban demasiado ocupados para cuidar de ella», declaró el marido al diario La Stampa. Él y su esposa gastaron 1,000 € en un cochecito, juguetes y pañales. «La queríamos. Todo el mundo aquí la quería», recuerda. Hoy, ha guardado todas sus pertenencias, incapaz de enfrentar los recuerdos.
La pareja pensaba que estaba ayudando a una madre en apuros. «No se puede dejar a los niños en la calle», explica. La madre rara vez los visitaba, pero ellos llevaban a Sarah regularmente al bar donde ella trabajaba para que la viera. Incluso tenían un poder notarial, solicitado por la policía y firmado por la madre, quien aseguraba haber adoptado legalmente a Sarah en Marruecos.
«Desconocíamos que había sido introducida clandestinamente. Si lo hubiéramos sabido, habríamos contactado inmediatamente a la policía.»
A pesar de sus declaraciones, los investigadores mantienen sus dudas. El marido, por su parte, está profundamente afectado por la separación. «Quiero adoptarla», afirmó.
Los investigadores revelaron que la madre biológica, una vez en Italia, pidió ayuda a dos compatriotas para cuidar del bebé mientras buscaba un comprador. Las autoridades encontraron a la bebé en casa de la pareja el pasado 12 de marzo. La recién nacida está en buen estado de salud y ha sido colocada en una familia de acogida.
