Mohamed Ben Abdelkrim el-Jattabi nació en 1882 en Ajdir, en las montañas del Rif. Tras recibir una educación primaria basada en la enseñanza coránica, se trasladó a Tetuán y luego a Fez, donde obtuvo su bachillerato y continuó sus estudios en la universidad de Quaraouiyine.
En Fez, se relacionó con expertos en ciencias religiosas y políticas antes de proseguir con sus estudios de derecho durante tres años en Salamanca, España. En Melilla, trabajó como profesor, traductor y periodista. En 1913, fue nombrado juez en la ciudad, y más tarde ascendió a juez en jefe.
Hasta 1915, El-Jattabi creía en la posibilidad de una convivencia pacífica con el colonizador español. No obstante, ese año fue encarcelado por apoyar a los otomanos durante la Primera Guerra Mundial. Esta detención marcó un punto de inflexión en su conciencia política, impulsándolo a movilizar a las tribus a su alrededor.
De la reflexión a la acción armada
En sus memorias, Mohamed el-Jattabi relata que la guerra del Rif fue iniciada por su padre, Abdelkrim, en respuesta a la expansión agresiva del ejército español, que intentaba extender su dominio sobre las tribus de Aït Ouriaghel, bastión de los el-Jattabi. El ejército realizaba arrestos masivos y difundía rumores sobre la derrota de sus hombres ante los colonizadores.
A través de las mezquitas y los mercados, Abdelkrim el-Jattabi movilizó a más de 200 personas de las tribus rifeñas para lanzar un asalto y recuperar el estratégico punto de Tafersit en 1920. Sin embargo, 22 días después de esta victoria, su padre murió y el emir Moulay Mohand asumió el liderazgo a los 39 años. Continuando la lucha, lideró una feroz resistencia contra la ocupación española y recuperó varios territorios.
El 22 de julio de 1921, durante la Batalla de Anoual, el emir infligió una derrota histórica a las fuerzas ocupantes. Se estima que 15,000 soldados españoles, incluido su comandante, el general Silvestre, murieron, y otros 570 fueron capturados.
El nuevo líder del Rif menciona este episodio en sus memorias: «Conozco poco sobre las circunstancias de la muerte del general Silvestre, quien cayó rápidamente en el campo de batalla. Un joven rifeño vino a informarme que había descubierto el cuerpo sin vida de un general, entre los cadáveres de sus oficiales. Me entregó su correa y sus insignias. Al regresar al terreno y seguir sus indicaciones, reconocí el cuerpo del general.»
La república del Rif
En 1921, el emir proclamó la creación de la primera república del norte de África en el siglo XX.
«Somos el gobierno de la República del Rif, creada en julio de 1921. Deseamos informar a los Estados firmantes del Tratado de Algeciras de 1906 que sus ambiciones no podrán concretarse. La historia se los ha demostrado claramente en los últimos días. Están equivocados si consideran que el Rif forma parte de Marruecos. Geográficamente, nuestra república forma parte de África. Nuestro idioma es singularmente diferente a todos los demás.»
El-Jattabi estableció Ajdir como el centro de su república del Rif. La Enciclopedia «Memorias del patrimonio marroquí (vol. 7)» recuerda cómo el emir organizó su poder político en esta nueva entidad: «Las instituciones de la República del Rif estaban compuestas por el gobierno, dirigido por el emir, así como una Asamblea Nacional (Parlamento), compuesta por representantes y portavoces tribales».
El gobierno se componía de siete ministerios: «Una delegación general del emir, finanzas, justicia, educación, asuntos exteriores, interior y guerra.» Según un censo tradicional realizado durante la guerra del Rif, «la república se extendía a 18 tribus, con tres millones de habitantes».
Franceses y españoles, cada vez más inquietos por la creciente influencia y poder de la república del Rif, decidieron unir sus esfuerzos para eliminar al emir, pero no esperaban una resistencia feroz. Sin embargo, tras los ataques químicos sobre el Rif, El-Jattabi optó por preservar la vida de la población civil. Abdicó y se entregó a las autoridades coloniales francesas, que lo deportaron a la isla de La Reunión.
La república del Rif se disolvió el 27 de mayo de 1926, y Moulay Mohand fue exiliado junto a su familia y sus cercanos militantes. Su exilio duró hasta 1947, cuando logró escapar y establecerse en Egipto. De hecho, el emir aprovechó una autorización para vivir en Marsella para escapar durante una escala en Suez. Encontró refugio en El Cairo, donde creó ese mismo año el Comité de Liberación del Magreb Árabe (CLMA) para coordinar la lucha por la independencia de los países del norte de África.
Mohamed Ben Abdelkrim el-Jattabi murió en la capital egipcia el 6 de febrero de 1963. Fue enterrado en el Cementerio de los Mártires de la ciudad.
El-Jattabi y los reyes de Marruecos
Aunque Mohamed Ben Abdelkrim el-Jattabi llevó a cabo numerosas acciones para la liberación de Marruecos, sus relaciones con la monarquía se mantuvieron distantes, incluso tumultuosas.
Abdelkhalek Torres, entonces embajador de Marruecos en El Cairo, organizó el 13 de enero de 1960 un encuentro entre el sultán Mohammed ben Youssef (1927 – 1957, luego rey de 1957 a 1961) y Moulay Mohand en la capital egipcia. Durante una larga entrevista, el sultán intentó convencer al emir de regresar al reino. Pero este se negó, estimando que sufriría el mismo destino que las grandes figuras del levantamiento del Rif (1958 – 1959). En este sentido, el resistente llamó a realizar una investigación sobre las víctimas de estos arrestos así como los desaparecidos, al tiempo que exigía la liberación de los detenidos.
En 1962, se opuso a la primera constitución propuesta por Hassan II (1961 – 1999). De hecho, el líder del Rif consideraba este texto «como un contrato entre dirigente y gobernados, que no puede concretarse sin el consentimiento de una sola parte». Para él, esta constitución era claramente «un intento de control para establecer un régimen tiránico, conforme a la voluntad del soberano». En respuesta, el rey Hassan II viajó a El Cairo en dos ocasiones, pero sin encontrarse con el resistente.