Cada viernes por la noche durante el Ramadán, los internautas tienen una cita con un nuevo episodio de «Basmat al-Tourath» (La huella del patrimonio). Esta es la primera serie animada dedicada al patrimonio material e inmaterial de Marruecos, con el objetivo de «transformar la Historia en un relato vivo y accesible para todos, alejándose de los círculos académicos cerrados y de los manuales escolares rígidos». Impulsada por Nabil Mouline, historiador e investigador del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), la iniciativa busca «conquistar una 'soberanía narrativa', un concepto fundamental que destaca cómo la manera en que un pueblo narra su pasado influye en su proyección hacia el futuro», según un comunicado recibido por Yabiladi.
El historiador sostiene que este ámbito «nunca es neutral». La Historia es «un territorio en disputa, un campo de batalla donde se define cómo los pueblos se perciben a sí mismos y cómo desean ser percibidos». «El patrimonio, lejos de ser un simple archivo del pasado, es un tema político e identitario que condiciona el futuro», subraya el comunicado, añadiendo que esta serie busca ofrecer un contenido que trascienda la mera divulgación. Mouline promueve así «un acto de restitución histórica, una herramienta estratégica frente a los desafíos contemporáneos de la apropiación cultural y las batallas de la memoria».
Para la creación de esta serie, Nabil Mouline se ha asociado con Mustapha El Fekkak (Swinga), con el fin de ofrecer «un formato que combine rigor científico y poder narrativo, convirtiendo cada episodio en una experiencia verdaderamente inmersiva». El primer episodio está dedicado a Tinmel, destacando el papel crucial de este pueblo del Alto Atlas en la creación y desarrollo del Imperio almohade, que se transformó en una «superpotencia medieval».
Con una dimensión de concienciación, el historiador también aboga por una estrategia para valorar un legado invaluable, «un elemento esencial de la identidad colectiva que debe ser preservado y transmitido». Según él, los custodios de este legado son responsables de su conservación, promoción y transmisión, para que «sea fielmente representado y plenamente apreciado», incluso entre las generaciones más jóvenes.